Si tienes en tu casa u oficina una puerta vieja de madera, entonces tienes una pieza muy especial que vale la pena restaurar. La madera es sin duda un material noble, que embellece y da una impresión acogedora y, conservándola aumentará su atractivo y valor.
Es muy cierto que mientras pasa el tiempo, la madera pierde su apariencia original porque sufren muchos cambios, ya sea por el impacto del sol y o la humedad. Pero si te lo planteas, puedes, de una forma sencilla y económica, restaurar tu puerta de madera, siempre y cuando se haga antes de que el daño sea muy grave.
Las puertas instaladas en el exterior enfrentan con más fuerza los embates del clima, es por ello que requieren mayor atención. Conocer los detalles de sus cuidados te ayudará a saber cómo poder mantenerlas y alargar su vida útil; al mismo tiempo que te sentirás satisfecho de haberlo hecho tú mismo.
Herramientas para restaurar una puerta de madera
Una vez que estés seguro de emprender el proyecto de restaurar esa vieja puerta, y que has verificado que no está tan deteriorada, necesitas tener a la mano las herramientas adecuadas. Las más básicas e imprescindibles son las siguientes:
- Brochas planas, anchas y finas.
- Pinceles.
- Lijas de grano grueso y fino
- Espátula.
- Rodillos y bandejas para rodillos.
Restaurar una puerta de madera paso a paso
Restaurar la puerta es muy sencillo si tienes a la mano los materiales, herramientas y el espacio adecuado. Una vez desmontada la puerta del marco, puedes iniciar el proceso.
Quitar la pintura antigua
En ocasiones se cree que no es necesario este paso, porque se piensa que la nueva capa de pintura será suficiente para cubrir cualquier detalle; Sin embargo, este puede marcar significativamente la diferencia en el acabado.
Es importante que retires todos los accesorios que tenga tu puerta antes de empezar a quitar la pintura: desde bisagras, cerraduras, picaportes, etc. Para que no estorben ni se dañen en el proceso.
Encontrarás una variedad de técnicas para quitar la pintura vieja, puedes usar abrasivos, decapantes químicos o sistemas térmicos. En caso de que se decida por el uso de los primeros, es muy importantes que sigas las instrucciones que traen dichos productos, para que su actividad sea segura y con los mejores resultados.
Es muy frecuente usar el calor para retirar la pintura, con la ayuda de una pistola de aire caliente, de modo que la misma se derrita poco a poco, seguidamente con una espátula puedes retirar la pintura que se va desprendiendo. Esta forma es muy práctica y te evitará la exposición a sustancias tóxicas abrasivas.
Repite el procedimiento las veces que sean necesarias, hasta que la madera quede limpia y sin restos de pintura.
Lijar toda la puerta
Ya retirada toda la pintura antigua, puedes empezar a lijar la superficie para que quede pareja y firme. Si no cuentas con una lijadora eléctrica, es recomendable utilizar una lija fina o mediana, para la mayor parte de la superficie y para los ángulos complicados una triangular. Retira el polvo de la puerta con un paño seco, para que quede limpia y puedas seguir con el siguiente paso.

Reparar y rellenar con masilla
La reparación va a depender del tipo de madera que tenga, pues si es maciza requiere usar una masilla adhesiva de resina sintética. Para ello, coge la cantidad que necesites para rellenar el espacio, se moldea con los dedos y se coloca con rapidez, antes de que empiece a secar. Se espera al menos 3 horas antes de lijar.
Por otro lado, si la madera con la que cuenta es hueca, tendrás que usar espuma de poliuretano. Es aconsejable que primero lijes los bordes del hueco antes de colocar la espuma. Después de rellenar, espera a que se expanda completamente el producto para luego quitar el exceso. Seguidamente pon masilla para tapar el hoyo por completo. Si la masilla es de un color parecido a la madera quedará mucho mejor.
Pintar de nuevo la puerta
Al fin la última fase. Aquí debes asegurarte de aplicar a la madera una capa de un preservador de madera y un sellador, para que la pintura se adhiera bien. La cantidad de pintura o barniz dependerá del tono que quieras conseguir; Sin embargo, es recomendable que le coloques de 2 a 3 capas, con ello será más que suficiente. Recuerda darle el mismo tratamiento al marco para que toda la puerta luzca como nueva.
Una vez que la puerta esté bien seca, puedes empezar a montar la cerradura y las bisagras. Aprovecha esta ocasión para cambiar las viejas y darle una nueva presentación.
Recomendaciones para restaurar una puerta de madera
- Planifica tu tiempo. Este tipo de trabajos amerita dedicación, para que puedas realizarlo con mucha paciencia.
- Identifica bien de qué tipo de madera está hecha tu puerta, si es porosa o es maciza, de modo que consigas los materiales adecuados para ello, como el tipo de barniz.
- Asegúrate de contar con el espacio apropiado. Necesitarás un buen mesón donde colocar la puerta para repararla, también es conveniente que sea un espacio cubierto, para que el viento no llene la superficie de partículas que le afecten el acabado, pero ventilado para que no se acumulen los químicos que utilizará
- Si vas a utilizar una lijadora eléctrica, debes mantener un movimiento uniforme para no arruinar la superficie de la madera al quitar la pintura.
- Lee y sigue las instrucciones que traen los productos en las etiquetas.
Productos para proteger la madera
Es importante que te asegures de conseguir los materiales correctos para el tipo de puerta que vas a trabaja. Ya que no es lo mismo recuperar una puerta hueca que una de puerta maciza, incluso la cantidad de material a utilizar. Sin embargo los más comunes utilizados para proteger la madera son:
- Lasur: Producto usado principalmente en madera de exteriores. Actúa permitiendo que la madera respire, puesto que no forma una película, ni aísla superficie. Este penetra en el poro para evitar que la puerta se hinche y pierda su forma. Protege contra la intemperie, además de servir como insecticida y fungicida.
- Tapaporos: Se usa previo al acabado final como un sellador, es fácil de lijar en madera maciza.
- Protectores y barnices para madera: son una mezcla de resinas y aceites que actúan formando una capa impermeable, evitando que la suciedad manche la madera. Encontrarás varias presentaciones, unas sin color o otras con tintes que imitan la textura de la madera.
- Aceite para teca: es un tipo de aceite protector usado frecuentemente en maderas tropicales, especialmente el que proviene del árbol teca. Es incoloro, por lo que no altera el aspecto original de la madera.